Milan Iluminación, la marca de diseñadores de lámparas de diseño y de fabricación 100% española, irrumpe nuevamente en el mercado con su última colección de lámparas de techo: Lacrima. Aprovecharemos este artículo para presentar está colección, donde las lágrimas románticas y contemporáneas son las protagonistas; y para presentar a la firma.
Lacrima: sencillez y elegancia en forma de lágrima
Lacrima destaca tanto por la delicadeza de su diseño como por la exquisitez de su material. Y es que su cuerpo ligero permite que la luz pase de forma suave y sutil a través de las gráciles lágrimas. Ello, sumado al acabado de cristal, otorga a la lámpara un diseño asequible pero distinguido, lo que convierte a estas piezas en objetos de decoración única y especial.
Lacrima, por tanto, se presenta como la colección idónea para revitalizar ambientes cotidianos. Posee la capacidad de envolver cada espacio con un carácter orgánico, donde las lágrimas caen desde el techo en forma de luz. El espacio, entonces, se llena de sensaciones de movimiento, frescura y elegancia en la iluminación.
Estas lámparas de techo son perfectas para todo tipo de proyectos lumínicos de diseño, tanto residenciales como comerciales que buscan adquirir piezas únicas.
Milan Iluminación: diseño de vanguardia y minimalismo
Desde 1960, Milan Iluminación se ha distinguido en el mercado tanto por el estilo cuidado de su diseño como por la calidad de sus productos, fabricados íntegramente en España.
Cuentan con un amplio portfolio de productos y sugerentes colecciones de lámparas de todo tipo, apliques y plafones donde cada pieza ha sido ideada y fabricada de forma individualizada; y todo ello con el propósito de ofrecer una solución tanto estética como funcional para diferentes espacios y usos. Su misión es clara: ofrecer diseño sin comprometer la funcionalidad.
No es de extrañar que la firma se haya abierto su hueco en los mejores showrooms del planeta y que esté presente en ciudades de más de 40 países, como Madrid, Barcelona, Nueva York, París, Hong Kong o Moscú.
¿Te gusta la colección? ¿Dónde la pondrías?