Tendencia | Mármol en paredes (y sí, te lo puedes permitir)

Ahora que ya tienes mármol en la encimera de la cocina, en la funda del móvil y en la tabla de surf —los dos últimos, falsos, por supuesto— debes dejarte llevar por esta ultimísima incorporación, que fijo aportará un buen grado de sofisticación a tu casa: los murales de mármol.

Decir mármol es decir lujo. Y según afirman los gurús de las tendencias, desde el año pasado esta es una de las más pujantes y masivas. ¿O ya lo era desde el anterior? No importa. Lo cierto es que el mármol es de esos materiales que siempre lucen perfectos, deseables; de esos que automáticamente parecen concederte un par de títulos nobiliarios al colocarlos en la cocina o el baño.

Sin embargo, el mármol no es un bien al alcance de todos. De ahí que las tendencias —sensibles como son con nuestras humildes tarjetas de crédito— se han afanado en colocarnos pequeños objetos que, ¡hombre!, aunque solo sea por la cantidad de mármol empleado, nos podemos permitir. Y si no, todavía nos quedan los macarons y la laca de uñas 😜

Fake marble

Pero si eres de los que fantasea con esos grandes paños de mármol en la cocina tan típicos de las casas aristocráticas, ahora es el momento de hacerlo realidad y de una forma accesible y económica. Te hablamos de murales que imitan cualquier tipo de mármol a la perfección —abajo, por ejemplo, puedes ver el modelo White Marble de WallSauce, donde incluso puedes apreciar los rayones típicos del uso. Una pasada ¿no crees?—.

Papel pintado o mural

La diferencia es sencilla pero importante, sobre todo si tu objetivo es que parezca que una plancha de mármol real (con vetas irrepetibles) cubre toda la pared. En ese caso debes optar por el mural, pues su dibujo único se adapta a las medidas exactas de tu pared. El truco está en que el mural se hace a medida, y aunque se entrega en paneles para una sencilla colocación, todos encajan como un puzzle.

En cambio, un papel pintado repite el mismo patrón en cada rollo. Detalle que notarás al empapelar la pared y apreciar la repetición del dibujo.

Como alternativa a los anteriores, siempre puedes customizarlos en forma de losetas. Así conseguirás un efecto más texturizado.

No todo es blanco (o negro)

Sin duda, los mármoles blancos son los más demandados: transmiten elegancia y pureza, a la vez que aportan mucha luz y amplitud al espacio. Pero antes de seleccionar lo que ya sabes que será un acierto seguro, te recomiendo que explores la larga lista de colores y diseños que existe en el mercado. Son tan hipnotizantes que es posible que desees añadir algo de riesgo a tu vida usando tonos oscuros y profundos. O justo lo contrario, relajarte con otros más suaves.

Pela y pega

Empapelar la pared tiene el mecanismo de un chupete. Puedo afirmarlo porque yo misma he encolado paredes, colocado el papel y recortado los sobrantes. ¿El resultado? ¡Perfecto! —lo siento, me quedó tan bien que me es imposible ser modesta en este caso— .

Aún así, si el encolado tradicional te da pereza, hay alternativas. Son los papeles Peel&Stick. Justo lo que estás pensando, lo pelas y lo pegas. Ideales para panelar muebles o puertas, por ejemplo.

Cualquier estilo

Presuponemos que el mármol solo puede encajar en ambientes clásicos por ser sinónimo de sofisticación. Sin embargo, esta afirmación dista mucho de la realidad. Lo verás, por ejemplo, en las casas estilo Hollywood Regency de Kelly Wearstler donde, combinado con dorados, luce espectacular. Pero también lo encontrarás en casas nórdicas caldeado con madera o en ambientes vintage o minimalistas. En el estilo Hollywood, te puedes permitir el lujo de abusar de él. En los demás, mejor cíñete a espacios más puntuales y concretos. O lo que es lo mismo: un golpe de efecto 😁

¿Cómo lo ves? ¿Vas a buscar la pared perfecta para darle un toque de glamour?