Año nuevo, tendencias nuevas. Y en papel pintado, eso se traduce en un poco de fondo marino por aquí, naturaleza incombustible por allá y como no, una vuelta a los efervescentes años 70. Sin embargo, la cosa no se mueve tanto en las habitaciones de los más pequeños. Al fin y al cabo, es más importante su bienestar y desarrollo que estar a la última ¿no crees?
Una habitación infantil (o juvenil) es un reino. Y en ese reino se descansa, se estudia y, por supuesto, se juega. Por eso, el papel pintado no debe ser tan estimulante que impida la concentración o el sueño. Soso … tampoco. Lo ideal es buscar un equilibrio entre colores y patrones —algo que ya he hecho por ti buceando en Papeles de los 70, una tienda online donde encontrarás todas las referencias que verás a continuación…

Geometría pura
Son un acierto seguro y una apuesta a largo plazo. Incluso aunque tus hijos cambien de gustos —que lo harán— no necesitarás re-empapelar porque se les haya quedado infantil. Si además compras de forma inteligente los muebles, estos crecerán con los pequeños y solo tendrás que actualizar los accesorios a medida que sumen centímetros.

Encima, los motivos geométricos funcionan igual de bien en habitaciones de niña que de niño —todo dependerá de la paleta cromática y del mobiliario que emplees—. Si solo revistes una pared y te ciñes a los tonos soft, podrás excederte en el resto de textiles, accesorios o complementos sin remordimiento alguno.

Patrones temáticos
Hay niños que tienen muy claro sus gustos desde pequeños y el papel pintado les permite disfrutar de su afición preferida. Sin embargo, la esperanza de vida del patrón temático no es muy larga que digamos, especialmente si te dejas arrastrar por el Buzz Lightyear de turno. Mejor quédate con princesas, piratas, aventureros o con los coches de siempre, estimularán su creatividad sin cortapisas.

Pero ojo con el motivo que eliges, aplícalo con cautela, sobre todo si tiene dibujos con mucho peso visual. Colócalo en una sola pared (o dos) a modo de acento, pintando el resto del cuarto en un tono neutro.

Por el contrario, si el motivo es diminuto o monocolor, puedes permitirte muuuuchos excesos. Algo que, sin duda, agradecerás pues en el mundo infantil es más habitual la presencia del caos que de las normas de Marie Kondo.

Mascotas
Un tema muy recurrente, sí, pero dime, ¿qué niño no se siente atraído por perritos, osos, elefantes y demás bichitos? Tan adorables que no hay por qué avergonzarse si todavía duermes con uno (¿de peluche, tal vez?). Lo que sí cambian son los dibujos —el tipo Disney ya se ve pasado— para que encajen mejor en esas casas tan estilosas de los padres actuales.


Nórdico y natural, por favor
No te descubro América si te digo que el nórdico suma y sigue. Sus ambientes, delicados y relajados, son especialmente atractivos cuando estás decorando la habitación de tu bebé. Pero tanta base blanca necesita una nota dulce y divertida, y es justo la que aporta un papel pintado en tonos pastel —habitualmente decorados con motivos inspirados en la naturaleza—. Apuesta por el mint o el gris si buscas una habitación libre de género. Luego, ya se encargarán tus peques de pedirte sus colores preferidos 😉


¿Algún favorito entre los que te he mostrado? ¿Por cuál te decantas?
Conozco la firma hace muchos años, me encantan sus papeles pintados. Me decanto por el de «zorritos», ya sabes que me pierden lo animalillos 🙂
Muy buen post, como siempre. Un beso
Muchas gracias Cristina!! Te diré que el de zorritos me tiene también enamoradísima. Y es que, además, este papel lo vi en una habitación de adultos y queda de fábula !!
Besos guapetona!
me he enamorado del de ardillas. sé que es más marcado y condiciona el resto, pero es TAN bonito…
¡No me extraña! A mí me parece muy romántico, como que el vintage le tiene que ir muy bien .. si me entiendes ;))
Gracias por pasarte por aquí y comentar, Elena. Un besazo